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Lars estaba sentado en uno de los bancos dentro de la sauna. Había otros tres hombres que no conocía de antes. Habían estado hablando por educación acerca del tiempo y otros temas irrelevantes. Ahora reinaba el silencio. Cada uno de ellos estaba perdido en sus pensamientos. Él estaba algo cansado pero feliz por la belleza de los parajes que había contemplado a lo largo de la jornada. De repente se acordó y no pudo reprimir una amplia sonrisa. Sintió la necesidad de compartirlo con los demás: “Lo más extraño que he visto hoy ha sido… un grupo de españoles haciendo la ruta en raquetas de nieve”, dijo y lo dejó en suspense esperando la reacción de los demás.
Los otros se giraron hacia él y sonrieron.
“Me han dicho que venían hacia aquí”, continuó Lars, “Por lo que parece, están haciendo el Camino desde Abisko hasta Nikkaluokta…”
“¿En raquetas?”
En raquetas.
Y todos ellos rieron de forma sonora.
Yo era uno de esos españoles. Nunca había hecho un trekking con raquetas y menos en invierno por Laponia. Así que cuando oí hablar de este viaje no dudé en apuntarme. Recorrimos unos 120 Km en 7 días a través de la Laponia sueca, siguiendo el “Kungsleden”(“El Camino del Rey”, una especie de versión sueca del Camino de Santiago). En invierno. Bastante frío por la noche. Pero recorrerlo en esta estación me regaló la belleza única de las tierras del Norte en su elemento; A los hermosos paisajes de día le sucedían las heladas noches, en ocasiones, con la danza de las auroras sobre nosotros.